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domingo, 5 de junio de 2016

Ruta por Cantabria y Asturias

     Este fue nuestro primera ruta fuera de Andalucía en el 2006. 
Alquilamos  a través de idealista, un dúplex en San Vicente de la Barquera, 15 días, lo escogimos allí porque queríamos conocer la parte occidental de Asturias y la oriental de Cantabria. De camino hacia el norte paramos en Salamanca, llegamos muy temprano y aparcamos justo en el centro para visitar su casco antiguo, la catedral, su plaza mayor, casa de las conchas, la universidad y conseguir encontrar la ranita dichosa en su fachada plateresca, la encontramos, más que nada porque yo en Salamanca había estado ya en dos ocasiones jaja.




  Una pista







     Una vez instalados en San Vicente empezamos a movernos para visitar pueblos, San Vicente es pequeño pero tiene mucho encanto, coincidimos con la fiesta de la sardina, ponen una gran carpa en el puerto y hay platos de sardinas con bebida muy bien de precio, nos pusimos morados. Lo que sí recuerdo muy bien era que no había forma de secar la ropa, qué humedad por dios, siempre había nubes sobre los picos de Europa, desde el pueblo se ven, estábamos al lado.




     Una mañana hicimos un sendero paralelo a la costa, por los acantilados hasta una playita escondida, precioso.

      En realidad para bañarnos nos gustaba más ir a la playa de Oyambre, a unos 8 Kilómetros, una playa virgen, sus aguas no estaban muy frías, eso  sí, casi siempre estaba nublado, desde allí se divisaba la universidad de comillas.






     Empezamos por el pueblo de Comillas, allí visitamos el palacio de Sobrellano y el palacio modernista de Gaudí, el capricho. Subimos al  monumental edificio de la universidad pontificia de comillas para verlo por fuera. También es de interés monumental su cementerio, está presidido por la escultura del ángel. Su playa de arena fina está muy bien para refrescarse.












     Lo siguiente en visitar y que está justo al lado es Santillana del mar, es un pueblo pequeñito medieval, de calles empedradas, muy turístico al igual que Comillas. Está la colegiata, el museo de la inquisición, etc. Y por qué no decirlo el pueblo carísimo, todavía me acuerdo de la clavada que nos dieron con el chocolate con churros. Allí puedes comprar recién hechas las quesadas, los sobaos, que están de muerte.





 


     Por supuesto no podía faltar la visita a la cueva de Altamira, bueno su réplica, vimos el museo, porque en aquellos años estaba el paso restringido a la cueva original, hoy en día tiene visitas limitadas. Estaba bien pero no es lo mismo que ver la auténtica.



     Muy cerca de allí fuimos, aunque estaba lloviendo, a un bosque de sequoias, pertenece al término de Cabezón de la sal impresionante ver esos árboles tan altos y dimos un agradable paseo bajo la lluvia, eso sí, allí por lo menos en verano llueve muy flojito. Llevarse ropa de abrigo y paraguas aunque sea verano, por algo está siempre aquello tan verde.





     
     Otro viaje que hicimos fue hacia la capital, Santander, en concreto queríamos visitar la península de la magdalena y ver la playa del sardinero. La península de la magdalena una maravilla, todo limpísimo, es un parque en el que se encuentra el palacio del rey Alfonso XIII, era su residencia de verano, actualmente es la universidad Menéndez Pelayo. 







     Al entrar te encuentras con un mini zoo, hay pingüinos, focas, leones marinos. Hay un trenecito que la recorre en media hora. Hay muchas zonas de columpios para niños y unas vistas inigualables, la visita es totalmente peatonal, recomendable 100%. Desde allí dimos nos dimos un paseo por la Avenida de la Reina Victoria, junto a la playa, ésta al estar en la bahía tiene sus aguas más tranquilas. Del centro de Santander no vimos más. Sólo la zona de las universidades.





     Merece la pena, sobre todo si viajáis con niños hacer una visita al parque del Cabárceno. Allí están los animales en régimen de semilibertad, el parque tiene unos 20 Kilómetros de recorrido, tranquilos lo puedes hacer en coche y parar al lado de la carretera cuando te apetezca. Allí  hay todo tipo de servicios para pasar el día, también tiene un mirador desde donde se ve Santander. Nosotros ese día a parte de ir allí, llegamos hasta Laredo y su bonita playa con un agradable baño y con sol. Muy complicado aparcar. En la costa occidental de Cantabria suele hacer mejor tiempo.




     Otra excursión que no hay que perderse es la del pintoresco pueblecito de Bárcena Mayor, tienes que aparcar en la entrada, no se permiten coches, es muy pequeñito y todas sus casas son las típicas de la zona. Allí puedes comer pues tiene 5 restaurantes. Nosotros paramos a comer en ruta en otro pueblo, Carmona. Esa carretera también tiene buenas vistas.






     Una tarde fuimos a ver el monasterio de Santo Toribio en el valle del Liébana, para llegar allí hay que coger una carretera, sinuosa y estrecha que va todo el tiempo al lado del río Deva, se pasa  por el desfiladero de la Hermida, que son gargantas producidas por el cauce del río Deva hasta llegar al pueblo de potes. Paisaje espectacular. 




     Aparcamos en Potes para ver sus iglesias y vimos un cartel informativo, el monasterio estaba a sólo dos kilómetros, total que yo muy chula dije pues nada como ya hemos aparcado pues vamos andando. Resulta, sorpresa, que los dos kilómetros eran CUESTARRIBA, así que resultó que después de llegar al monasterio, sudando,  con las piernas arañadas del sendero estrecho que hay que coger, ir por la carretera era jugarse el físico, estaba ya cerrando las puertas el fraile, así que nos dijo muy amablemente, todo hay que decirlo, que volviéramos otro día para ver el lignum Crucis, el trozo más grande de la cruz de Jesucristo que se conserva, , ya lo habían guardado, qué cabreo que cogí. Por supuesto no volvimos otro día. Os recomiendo subir en coche, hay un buen aparcamiento.






     El monasterio es un centro de peregrinación por lo que hay varios senderos que van hacia otras capillitas que hay alrededor. Desde allí se divisan unas vistas espectaculares.



     Esa misma carretera de Potes es la que te lleva a Fuente Dé y allí puedes coger su teleférico para subir y ver aquello,  un circo montañoso de origen glaciar, el teleférico está bien para los que no tengan vértigo, allí hay una plataforma para asomarse con vistas increíbles, eso dicen.







     Otra ruta chula para hacer es la del desfiladero del río cares, nosotros teníamos intención de hacerla pero había que andar mucho y los niños todavía eran pequeños así que cogimos la carretera que sale de las Arenas de Cabrales. Por cierto nos dimos un atracón de queso allí, pedimos 4 tapas y a los niños no les gustó así que ya sabéis los papás de coche escoba, han  pasado muchos años y todavía me acuerdo del empacho que cogimos.





     La carretera  va paralela al río cares, así que pasamos Poncebos que es donde realmente empieza el sendero de la ruta del cares y llegamos a la aldea de Camarmeña,  allí en todo lo alto del pueblo, en una montaña, se encuentra un mirador, aparcamos abajo, me daba miedo la subida que se veía en coche, y después de una subida casi de rodillas por la carretera de lo empinada que era, no estoy exagerando, llegamos al mirador del naranjo de Bulnes o pico Urriellu de 2519 m de altitud, pico calcáreo más alto de los picos de Europa.

     Desde allí se divisa muy bien el pico y te ahorras la dura caminata que hay para llegar allí. Hay por lo visto un funicular que llega hasta Bulnes.




     Después de comer  nos fuimos para el santuario de Covadonga, el día en verano da mucho de sí. El sitio en el que está el santuario es precioso, nosotros no llegamos a hacer ningún sendero pero hay muchos para poder admirar las vistas, también una visita recomendada es la subida a los lagos, andando o en coche. En verano y temporada alta se sube en autobuses, de pago, no está permitido en coche privado.




     A destacar aparte del entorno, el edificio del  Santuario de color rojo, y por supuesto la cueva donde está la virgen de Covadonga que es preciosa. Allí dentro se respira una atmósfera de recogimiento, a pesar de toda la gente que hay por allí. Muy chula la cascada que sale de la cueva.
Cotilleo: Días después de estar nosotros se casó allí el cantante David Bustamante.




     Para volver desde allí a San Vicente lo hicimos por Cangas de Onís, desde la misma carretera se puede ver su famoso puente romano sobre el río Sella, también desde la carretera se ven las canoas haciendo el descenso por el río.



     Otra visita que nos agradó mucho por Asturias fue la visita a las cuevas de tito bustillo, había reservado las entradas gratis con mucho tiempo de antelación por internet. Están en Ribadesella, exactamente allí termina el descenso del río Sella. A siete kilómetros de Ribadesella hay un pequeño pueblo, las cuevas del agua, que para entrar a él hay que hacerlo por una caverna de unos 300 metros, en coche o también se puede hacer andando.

     También nos acercamos al pueblo de Llanes, pero estaba lloviendo y no es lo mismo verlo así que con sol, callejeamos un poquito para ver el entorno.
 Y ya que estábamos cerca decidimos asomarnos a ver los bufones de pria, hay que ir hacia la playa de Guadamía por un camino agrario. Por la carreterita o camino de acceso había que ir rezando y con los dedos cruzados para que no viniese un coche de frente, los demás no sé pero yo si los llevaba, porque imposible pasar los dos, o por lo menos a mí me lo parecía, menos mal que no vino ninguno.

     Los bufones no los llegamos a ver, se levantó mucho viento y empezó a llover y para ver los bufones tiene que estar la marea alta para que salga impulsado el chorro hacia arriba.






    Total nos tuvimos que ir y nos perdimos por aquellos caminos, le pregunté a un buen señor que estaba sentado a la puerta de su casa que por donde se llegaba a algún pueblo, para orientarnos, y me contestó que aquello era un pueblo, dios que vergüenza, le digo bueno pues un pueblo más grande.
Así que ya sabéis si visitáis Asturias la palabra pueblo tiene otro significado que aquí en Andalucía.

     Terminados los 15 días nos vinimos para abajo, parando a visitar la catedral de burgos. Estuvimos  dos noches en Segovia, que si lo llego a saber reservamos sólo una noche porque es una ciudad pequeñita, se ve pronto todo. Con el Acueducto, me llevé una bonita sorpresa, lo ves en fotos y te lo imaginas más o menos pero cuando estás allí debajo de él es impresionante. 






     El Alcázar por dentro es un museo, pero las mejores vistas se ven desde una carretera que va por debajo, dicen que para el castillo de Disney se inspiraron en él, está también la catedral. No irse de allí sin probar el cochinillo o las chuletitas de cordero.




     
     No olvidéis una visita al Palacio Real de la Granja de San Idelfonso, vimos hasta un ciervo en sus jardines. Como llegamos a primera hora, antes del mediodía ya habíamos acabado de verla y nos fuimos a pasar la tarde con los niños a Madrid al parque zoológico y parque de atracciones.


     A la mañana siguiente de vuelta ya para Sevilla, visitamos Ávila, ciudad amurallada, vimos la catedral y el convento y museo de Santa Teresa de Jesús. Bajamos por la carretera del valle del jerte. 





La última parada en Cáceres para disfrutar aunque fueran las 4 de la tarde y con 40 grados su precioso casco antiguo.






Y ya agotados llegamos a Sevilla a descansar. Pero fue un viaje inolvidable.







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