Este fue nuestro primera ruta fuera de Andalucía en el
2006.
Alquilamos a través de idealista,
un dúplex en San Vicente de la Barquera, 15 días, lo escogimos allí porque
queríamos conocer la parte occidental de Asturias y la oriental de Cantabria.
De camino hacia el norte paramos en Salamanca, llegamos muy temprano y
aparcamos justo en el centro para visitar su casco antiguo, la catedral, su
plaza mayor, casa de las conchas, la universidad y conseguir encontrar la
ranita dichosa en su fachada plateresca, la encontramos, más que nada porque yo
en Salamanca había estado ya en dos ocasiones jaja.
Una pista
Una vez instalados en San Vicente empezamos a movernos para
visitar pueblos, San Vicente es pequeño pero tiene mucho encanto, coincidimos
con la fiesta de la sardina, ponen una gran carpa en el puerto y hay platos de
sardinas con bebida muy bien de precio, nos pusimos morados. Lo que sí recuerdo
muy bien era que no había forma de secar la ropa, qué humedad por dios, siempre
había nubes sobre los picos de Europa, desde el pueblo se ven, estábamos al
lado.
Una mañana hicimos un sendero paralelo a la costa, por los acantilados
hasta una playita escondida, precioso.
En realidad para bañarnos nos gustaba
más ir a la playa de Oyambre, a unos 8 Kilómetros, una playa virgen, sus aguas
no estaban muy frías, eso sí, casi
siempre estaba nublado, desde allí se divisaba la universidad de comillas.
Empezamos por el pueblo de Comillas, allí visitamos el
palacio de Sobrellano y el palacio modernista de Gaudí, el capricho. Subimos al
monumental edificio de la universidad
pontificia de comillas para verlo por fuera. También es de interés monumental su cementerio, está presidido por la escultura del ángel. Su playa de arena fina
está muy bien para refrescarse.
Lo siguiente en visitar y que está justo al lado es
Santillana del mar, es un pueblo pequeñito medieval, de calles empedradas, muy
turístico al igual que Comillas. Está la colegiata, el museo de la inquisición,
etc. Y por qué no decirlo el pueblo carísimo, todavía me acuerdo de la clavada
que nos dieron con el chocolate con churros. Allí puedes comprar recién hechas
las quesadas, los sobaos, que están de muerte.
Por supuesto no podía faltar la visita a la cueva de
Altamira, bueno su réplica, vimos el museo, porque en aquellos años estaba el
paso restringido a la cueva original, hoy en día tiene visitas limitadas.
Estaba bien pero no es lo mismo que ver la auténtica.
Muy cerca de allí fuimos, aunque estaba lloviendo, a un
bosque de sequoias, pertenece al término de Cabezón de la sal impresionante ver esos árboles tan altos y dimos un
agradable paseo bajo la lluvia, eso sí, allí por lo menos en verano llueve muy
flojito. Llevarse ropa de abrigo y paraguas aunque sea verano, por algo está
siempre aquello tan verde.
Otro viaje que hicimos fue hacia la capital, Santander, en concreto queríamos visitar la península de la magdalena y ver la playa del sardinero. La península de la magdalena una maravilla, todo limpísimo, es un parque en el que se encuentra el palacio del rey Alfonso XIII, era su residencia de verano, actualmente es la universidad Menéndez Pelayo.
Al entrar te
encuentras con un mini zoo, hay pingüinos, focas, leones marinos. Hay un trenecito
que la recorre en media hora. Hay muchas zonas de columpios para niños y unas
vistas inigualables, la visita es totalmente peatonal, recomendable 100%. Desde
allí dimos nos dimos un paseo por la Avenida de la Reina Victoria, junto a la playa, ésta al estar en la bahía tiene sus aguas más tranquilas. Del centro de Santander no
vimos más. Sólo la zona de las universidades.
Merece la pena, sobre todo si viajáis con niños hacer una
visita al parque del Cabárceno. Allí están los animales en régimen de semilibertad,
el parque tiene unos 20 Kilómetros de recorrido, tranquilos lo puedes hacer en
coche y parar al lado de la carretera cuando te apetezca. Allí hay todo tipo de servicios para pasar el día,
también tiene un mirador desde donde se ve Santander. Nosotros ese día a parte
de ir allí, llegamos hasta Laredo y su bonita playa con un agradable baño y con
sol. Muy complicado aparcar. En la costa occidental de Cantabria suele hacer
mejor tiempo.
Otra
excursión que no hay que perderse es la del pintoresco pueblecito de Bárcena
Mayor, tienes que aparcar en la entrada, no se permiten coches, es muy
pequeñito y todas sus casas son las típicas de la zona. Allí puedes comer pues
tiene 5 restaurantes. Nosotros paramos a comer en ruta en otro pueblo, Carmona.
Esa carretera también tiene buenas vistas.
Una tarde
fuimos a ver el monasterio de Santo Toribio en el valle del Liébana, para llegar
allí hay que coger una carretera, sinuosa y estrecha que va todo el tiempo al
lado del río Deva, se pasa por el
desfiladero de la Hermida, que son gargantas producidas por el cauce del río
Deva hasta llegar al pueblo de potes. Paisaje espectacular.
Aparcamos en Potes
para ver sus iglesias y vimos un cartel informativo, el monasterio estaba a sólo
dos kilómetros, total que yo muy chula dije pues nada como ya hemos aparcado
pues vamos andando. Resulta, sorpresa, que los dos kilómetros eran CUESTARRIBA,
así que resultó que después de llegar al monasterio, sudando, con las piernas arañadas del sendero estrecho
que hay que coger, ir por la carretera era jugarse el físico, estaba ya
cerrando las puertas el fraile, así que nos dijo muy amablemente, todo hay que
decirlo, que volviéramos otro día para ver el lignum Crucis, el trozo más
grande de la cruz de Jesucristo que se conserva, , ya lo habían guardado, qué
cabreo que cogí. Por supuesto no volvimos otro día. Os recomiendo subir en
coche, hay un buen aparcamiento.
El monasterio es un centro de peregrinación por lo que hay varios senderos que van hacia otras capillitas que hay alrededor. Desde allí se divisan unas vistas espectaculares.
Esa misma carretera de Potes es la que te
lleva a Fuente Dé y allí puedes coger su teleférico para subir y ver aquello, un circo montañoso de origen glaciar, el teleférico
está bien para los que no tengan vértigo, allí hay una plataforma para asomarse
con vistas increíbles, eso dicen.
Otra ruta chula para hacer es la del desfiladero del río
cares, nosotros teníamos intención de hacerla pero había que andar mucho y los
niños todavía eran pequeños así que cogimos la carretera que sale de las Arenas
de Cabrales. Por cierto nos dimos un atracón de queso allí, pedimos 4 tapas y a
los niños no les gustó así que ya sabéis los papás de coche escoba, han pasado muchos años y todavía me acuerdo del
empacho que cogimos.
La carretera va
paralela al río cares, así que pasamos Poncebos que es donde realmente empieza
el sendero de la ruta del cares y llegamos a la aldea de Camarmeña, allí en todo lo alto del pueblo, en una
montaña, se encuentra un mirador, aparcamos abajo, me daba miedo la subida que
se veía en coche, y después de una subida casi de rodillas por la carretera de
lo empinada que era, no estoy exagerando, llegamos al mirador del naranjo de
Bulnes o pico Urriellu de 2519 m de altitud, pico calcáreo más alto de los
picos de Europa.
Desde allí se divisa muy bien el pico y te ahorras la dura
caminata que hay para llegar allí. Hay por lo visto un funicular que llega
hasta Bulnes.
Después de comer nos fuimos para el santuario de Covadonga, el día
en verano da mucho de sí. El sitio en el que está el santuario es precioso,
nosotros no llegamos a hacer ningún sendero pero hay muchos para poder admirar
las vistas, también una visita recomendada es la subida a los lagos, andando o en
coche. En verano y temporada alta se sube en autobuses, de pago, no está
permitido en coche privado.
A destacar aparte del entorno, el edificio del Santuario de color rojo, y por supuesto la
cueva donde está la virgen de Covadonga que es preciosa. Allí dentro se respira
una atmósfera de recogimiento, a pesar de toda la gente que hay por allí. Muy
chula la cascada que sale de la cueva.
Cotilleo: Días después de estar nosotros se casó allí el
cantante David Bustamante.
Para volver desde allí a San Vicente lo hicimos por Cangas
de Onís, desde la misma carretera se puede ver su famoso puente romano sobre el
río Sella, también desde la carretera se ven las canoas haciendo el descenso
por el río.
Otra visita que nos agradó mucho por Asturias fue la visita
a las cuevas de tito bustillo, había reservado las entradas gratis con mucho tiempo de antelación por internet. Están en Ribadesella, exactamente allí termina el
descenso del río Sella. A siete kilómetros de Ribadesella hay un pequeño pueblo,
las cuevas del agua, que para entrar a él hay que hacerlo por una caverna de
unos 300 metros, en coche o también se puede hacer andando.
También nos acercamos al pueblo de Llanes, pero estaba
lloviendo y no es lo mismo verlo así que con sol, callejeamos un poquito para
ver el entorno.
Y ya que estábamos
cerca decidimos asomarnos a ver los bufones de pria, hay que ir hacia la playa
de Guadamía por un camino agrario. Por la carreterita o camino de acceso había
que ir rezando y con los dedos cruzados para que no viniese un coche de frente,
los demás no sé pero yo si los llevaba, porque imposible pasar los dos, o por
lo menos a mí me lo parecía, menos mal que no vino ninguno.
Los bufones no los llegamos a ver, se levantó mucho viento y empezó a llover y para ver los bufones tiene que estar la marea alta para que salga impulsado el chorro hacia arriba.
Total nos tuvimos que ir y nos perdimos por aquellos caminos, le pregunté a un buen señor que estaba sentado a la puerta de su casa que por donde se llegaba a algún pueblo, para orientarnos, y me contestó que aquello era un pueblo, dios que vergüenza, le digo bueno pues un pueblo más grande.
Los bufones no los llegamos a ver, se levantó mucho viento y empezó a llover y para ver los bufones tiene que estar la marea alta para que salga impulsado el chorro hacia arriba.
Total nos tuvimos que ir y nos perdimos por aquellos caminos, le pregunté a un buen señor que estaba sentado a la puerta de su casa que por donde se llegaba a algún pueblo, para orientarnos, y me contestó que aquello era un pueblo, dios que vergüenza, le digo bueno pues un pueblo más grande.
Así que ya sabéis si visitáis Asturias la palabra pueblo
tiene otro significado que aquí en Andalucía.
Terminados los 15 días nos vinimos para abajo, parando a
visitar la catedral de burgos. Estuvimos dos noches en Segovia, que si lo llego a saber
reservamos sólo una noche porque es una ciudad pequeñita, se ve pronto todo. Con
el Acueducto, me llevé una bonita sorpresa, lo ves en fotos y te lo imaginas
más o menos pero cuando estás allí debajo de él es impresionante.
El Alcázar por dentro es un museo, pero las mejores vistas se ven desde una carretera que va por debajo, dicen que para el castillo de Disney se inspiraron en él, está también la catedral. No irse de allí sin probar el cochinillo o las chuletitas de cordero.
No olvidéis una visita al Palacio Real de la Granja de San Idelfonso, vimos hasta un ciervo en sus jardines. Como llegamos a primera hora, antes del mediodía ya habíamos acabado de verla y nos fuimos a pasar la tarde con los niños a Madrid al parque zoológico y parque de atracciones.
El Alcázar por dentro es un museo, pero las mejores vistas se ven desde una carretera que va por debajo, dicen que para el castillo de Disney se inspiraron en él, está también la catedral. No irse de allí sin probar el cochinillo o las chuletitas de cordero.
No olvidéis una visita al Palacio Real de la Granja de San Idelfonso, vimos hasta un ciervo en sus jardines. Como llegamos a primera hora, antes del mediodía ya habíamos acabado de verla y nos fuimos a pasar la tarde con los niños a Madrid al parque zoológico y parque de atracciones.
A la mañana siguiente de vuelta ya para Sevilla, visitamos
Ávila, ciudad amurallada, vimos la catedral y el convento y museo de Santa
Teresa de Jesús. Bajamos por la carretera del valle del jerte.
La última parada en Cáceres para disfrutar aunque fueran las 4 de la tarde y con 40 grados su precioso casco antiguo.
La última parada en Cáceres para disfrutar aunque fueran las 4 de la tarde y con 40 grados su precioso casco antiguo.
Y ya agotados llegamos a Sevilla a descansar. Pero fue un
viaje inolvidable.
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